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miércoles, 29 de diciembre de 2010

y ahora solo puedo llorar

Yo lo sabia desde aquella mañana que le vi. Él estaba sentado con sus amigos, cuando se quito el casco delante de aquel pub... le vi. Dios sabe lo que sentí! Sus ojos azules como el mar, su faz curtida y morena una anilla colgaba alegremente de su oreja, entonces supe que me iba a costar olvidarle. El se volvió cuando uno de sus amigos grito su nombre, Bendito nombre, benditas las letras que lo componen!. Sabia que por la noche mi ultimo pensamiento seria él. En poco días mis libros y cuadernos se llenaron de fantasías, cada tarde sabia que él estaría y le observaba desde una esquina, temerosa de que me viera vestida de colegiala y que me tomara como a una niña, que lo soy, pero con el corazón capaz de amar todo el amor del mundo. Y cuando se iba... creía morime, echaba la cabeza ligeramente hacia atrás, adquiriendo el gesto revoltoso de un niño. Un día el estaba sentado en un banco y yo como siempre espiándoles desde mi esquina, dio la ultima calada a su cigarrillo y se marcho. yo lo seguía con la mirada cuando de pronto apareció un coche de color rojo salí de la calle, yo grite, entonces ese horrible ruido a cristales rotos, salí corriendo hacia el, las lagrimas me nublaban la vista, tenia el cuerpo bajo el coche, estaba hacia bajo con la cabeza ladeada y el brazo destrozado. el conductor salió del coche diciendo una y otra vez que lo sentía. Me agache y puse su cabeza sobre mis rodillas, le quedaba un soplo de vida, me miro! Sus ojos reflejaban tranquilidad pero su rostro crispaba de dolor, del borde de sus besos asomaba un poquito de sangre que desaparecía en su camisa. Solo dijo una frase: " TU MI QUERIDA COLEGIALA" y dejo de existir. Estaba destrozada dispuesta a llorar, le cerré los ojos para siempre. Cuando me di la vuelta, vi a sus amigos al rededor de su cuerpo sin vida y con un susurro oí: "ESA ES LA CHICA DE LA QUE ESTABA ENAMORADO" eche a correr y cuando mis entrañas creía que iban a explotar hasta donde estaba él, supe que era yo, su pequeña colegiala, la que había oído un grito de dolor en su corazón.

domingo, 26 de diciembre de 2010