sábado, 21 de mayo de 2011
Te reíste al saber que me aterran las tormentas, porque dices que a ti te relajan mucho, que la lluvia limpia, que se lleva cosas malas. Y llueve mucho ahora. Y el cielo parece que se resquebraja. Y yo te escribo. Y me dices que ya no queda nada. Y el aleatorio también ríe. Y quiere volverme loca. Y yo me he dado cuenta de que soy de ese tipo de personas que duermen abrazadas a un trapo para perder el miedo a olvidar un olor que las persigue.
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